Volver después de 15 años a La Palma, esa isla tan llena de vida y belleza, ha
sido un regalo extra que acompañaba a todas las experiencias que
hemos vivido en este viaje, corto pero intenso. El diablo y yo
nos marchamos tres días y volvimos siendo otros.
Gracias
a la amabilidad de las instituciones palmeras pero sobre todo al
empuje y la iniciativa de Juan Calero y los asistentes al I Encuentro
de Escritores Félix Francisco Casanova, disfrutamos de
presentaciones, recitales, charlas y mucha amistad entre escritores
que se leen y se admiran, entre amigos encontrados en el camino con
la compañía de un barraquito "con todo"...
Y
así empezó el viaje, el viernes 20 de mayo, con una charla sobre el joven escritor palmero
en el Instituto Alonso Pérez Díaz, situado en la capital, lleno de
estudiantes que conocían o conocían poco la figura de Félix.
Fueron las estudiantes las que más preguntaron por él, y recordé
que en sus diarios decía que las chicas le perseguían: las cosas
han cambiado tanto, ahora le buscan más con admiración y curiosidad
que por coqueteo.
La
tarde continuó con la presentación de El diablo se esconde en los detalles en la Real Sociedad Cosmológica
de Santa Cruz de La Palma, lugar emblemático para mí como
historiadora y bibliotecaria, donde pude disfrutar de la compañía
de los numerosos escritores que aparecen en la imagen. Leer textos
propios, con el desnarizado Cervantes a mi siniestra, fue bastante
inquietante pero muy ameno. Seguidamente pudimos disfrutar del
recital de poetas invitados y residentes, donde voces como la de
Juvenal Machín me dejaron una profunda huella. Fue un acto
maravilloso en el que las letras vistieron una ya exquisita colección
bibliográfica.
Finalmente
el sábado pudimos viajar a Los Llanos de Aridane, atravesar el túnel
de la cumbre y viajar en el tiempo hacia una extensión verde que lo
cubría todo, como nunca habíamos recordado olvidar. Fue un día
lleno de letras emocionadas y agradecidas, de amigos y mucha
literatura de aquí y de allá, de Cuba, de Tenerife, de La Palma y
de Gran Canaria, de todos los lugares desde los que viajamos hacia
este I Encuentro de Escritores Félix Francisco Casanova. Sabía que
sería un evento especial, por Félix, por la isla, pero no imaginaba
que El diablo y el otro diablo de ojos verdes y letras marinas me
ofrecerían una experiencia parecida. Lo mejor siempre está por
llegar y a veces podemos saborearlo el tiempo justo para recordarlo
siempre.